Las presuntas victimas del ginecólogo esperan sentencia penal por abusó sexual cuando fueron pacientes del médico en Armenia.
Continúa el pleito judicial contra el profesional de la salud Ángel Eduardo Luna, acusado por varias mujeres de acosar y abusar sexualmente de ellas durante las consultas médicas.
El hombre, quien se desempeña como ginecólogo en varios centros clínicos de Armenia, ha sido señalado por 8 mujeres, hasta ahora, quienes aseguran ser víctimas y buscan dar su testimonio para evitar que esta situación siga ocurriendo con otras damas.
Yaniber es una de estas mujeres que en febrero de 2021 acudió a la Clínica La Sagrada Familia para realizarse su chequeo médico en manos del señor Luna, según cuenta ella, al llegar al consultorio este hombre la recibió con actitud atrevida.
Cuando le solicitó ponerse la bata de chequeo, Luna al parecer hizo una pregunta salida de contexto, “Él me dice, ¿a usted le gustan los juguetes sexuales? Yo agaché la cabeza porque a mí se me hizo raro; él continuó diciendo ¿o solo juega con el juguete de su esposo?”
Yaniber hizo caso omiso a las preguntas, pero se percató de que el doctor dispersó un liquido en el aire. Ella asumió que era alcohol que aplicaba como medida sanitaria contra el covid-19 y por ello se acostó en la camilla para recibir la atención médica.
El doctor Luna, al parecer empezó tocándole los senos y preguntándole sobre el nivel de sensibilidad, pero además de sus dedos también usó hisopos para estimularla a lo que ella contestó que no le gustaba que le tocaran los senos.
Según la narración de Yaniber, a Ángel Eduardo no le gustó la respuesta y continuó tocando sus partes íntimas, “Él me preguntó que cuánto sentía de 1 a 5 o de 1 a 2. Yo me sentía pesada”. De repente empezó a sentir cómo algo le vibraba y aunque intentó levantarse para revisar de qué se trataba el médico no la dejó.
“De un momento a otro yo sentí que él me puso algo que vibraba con rapidez, en esas no sé cuánto tiempo pasó, pero sentí como las ganas de pararme y en ese momento él me empujó y me dijo ‘deje que la estoy revisando que yo la voy aliviar”, contó la afectada.
La dama también explicó que previa a ser manipulada por el profesional de la salud, este le aplicó una especie de gel en toda su zona intima, la mujer posterior a sentir las vibraciones al parecer vio cómo Ángel Eduardo Luna se estaba masturbando.
“Cuando me levanté me vi las piernas chorreadas, el señor se estaba masturbando y apenas yo le dije doctor, él metió su pene debajo de la bata y yo me toqué y le pregunté qué tenía que eso olía como maluco y ahí mismo me limpió”, aseguró.
Después de la situación la mujer confesó sentirse avergonzada, además afirma que el doctor la llamó con apodos, “Vístase flaca, como con esa confianza, como que me hubiese utilizado, me hizo sentir como una cucaracha en ese momento (…) cuando le pedí los papeles me dijo que yo no tenía ninguna infección dijo que yo era muy fría.”
Irregularidades en la ruta de atención por abuso
Una vez fuera del consultorio, Yaniber pidió ayuda a una señora que se encontraba en recepción. Esta persona activó el código fucsia de la entidad lo que permitió que la ingresaran a otro consultorio por más de 8 horas, sin embargo, lo que esperaba fuera una atención adecuada no lo fue.
La víctima recibió la visita del psicólogo de la clínica y de varios miembros más de la institución, pero al parecer no fueron oportunos con los exámenes médicos que le realizaron varias horas más tarde, y le negaron varios estudios requeridos.
Yaniber también aseguró que en ningún momento, por más de 6 horas, la dejaron salir del consultorio, incluso cuando personal administrativo atendió el caso le sugirieron que mejor hiciera una carta a la Clínica La Sagrada Familia para tomar medidas internas.
Según la afectada, los miembros de la clínica en donde ocurrieron los hechos la cohibieron para hacer algo contra el implicado, incluso lo defendieron por su trayectoria profesional.
‘Escrache’, herramienta constitucional para evidenciar las violencias de género
Jessica Obando Correal, abogada y defensora de los derechos de las mujeres que ha acompañado estos casos, explicó que el profesional de la salud aprovecha su posición de poder para acceder a las pacientes que llegan a su consulta.
Las mujeres vulneradas han manifestado sentirse avergonzadas por no ser capaces de reaccionar en su defensa, gritando o evitando de alguna manera que ocurrieran los actos de abuso, razón por la cual muchas personas han puesto en tela de juicio lo que les ocurrió.
En la actualidad y pese a toda la violencia psicológica que también han sufrido las víctimas, el médico Ángel Eduardo Luna continúa ejerciendo su profesión. La Clínica Central del Quindío, la Clínica Sagrada Familia, consultorios en Quimbaya y hasta en Red Salud han sido epicentro de sus consultas y lo referencian como un buen profesional.
Por lo anterior y en modo de advertencia, las víctimas y su equipo jurídico decidieron acudir a la herramienta constitucional de “Escrache” para poner en evidencia este tipo de situaciones y agilizar los procesos penales que vinculan a las partes.
“Esperamos que las pruebas puedan conducir a una sentencia condenatoria, de no ser así comprendemos que una cosa es la verdad del relato y otra cosa es la verdad procesal. Dentro de la verdad procesal las pruebas son las que determinan efectivamente, pero este tipo de violencias hacen que sea muy difícil para las mujeres llegar a un juicio condenatorio”. Concluyó.
¿Qué es el ‘Escrache’?
De acuerdo con la Corte Constitucional, el ‘Escrache’ se refiere a los actos públicos que buscan generar una sanción social alrededor de casos de violencia en contra de mujeres, ante la impunidad de hecho y de derecho. Usualmente son denuncias que se realizan a través de redes sociales o incluso medios de comunicación.
