Este viernes 28 de mayo se cumplió el primer mes del Paro Nacional en Colombia, que hasta ahora ha logrado tumbar 2 reformas: la reforma tributaria y la reforma a la salud, así como obtuvo la renuncia del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.
La presión ciudadana ejercida en las calles desde el pasado 28 de abril llevó a que el sábado 2 de mayo el presidente Iván Duque le pidiera al Congreso de la República retirar la denominada Ley de Solidaridad Sostenible que imponía la mayor carga tributaria a la clase media del país. Un día después el ministro Carrasquilla junto a su grupo de trabajo renunciaron.
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Una vez tumbada la tributaria, el país siguió volcado a las calles para hacer caer la ley 010 de reforma a la salud, que para muchos precarizaba las condiciones de los trabajadores del sector además de limitar el acceso a este derecho fundamental.
Como consecuencia del rechazo generalizado a la reforma, que incluso fue apoyada por el congresista quindiano, Atilano Giraldo de Cambio Radical, el congreso la hundió tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes el pasado 19 de mayo.
La reivindicación de los Campesinos
El paro trajo consigo la necesidad del autoabastecimiento, dados los bloqueos en diferentes vías. En el Quindío estos bloqueos sirvieron para que el gobierno departamental y los municipales le apostaran con más fuerza a los denominados Mercados Campesinos.
El autoabastecimiento de productos de la canasta básica familiar es posible entre los municipios quindianos, si se protege y ayuda a los agricultores a sacar y vender sus productos. Los precios bajos al no existir intermediarios benefician también a los consumidores.
Si el Quindío logró reivindicar a los campesinos, el país podría tomar como ejemplo esta situación para voltear su mirada hacia el mercado interno y dejar de importar productos.
Renuncias en el gobierno
En este contexto de agitación social también se presentaron varias renuncias al interior del Gobierno Duque. La primera en retirarse de su cargo fue la canciller Claudia Blum el 9 de mayo, su lugar lo ocupó la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.
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La siguiente en dejar el barco del gobierno fue la embajadora de Colombia en Francia, Viviane Morales y el último hasta el momento en dar un paso al costado fue el Alto Comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, quien incluso fue señalado por un sector del Centro Democrático como alguien «desleal».
Barristas de fútbol unidos rechazaron la Copa América
Por primera vez en la historia el fútbol perdió frente a un levantamiento social. Fueron incluso los mismos aficionados a este deporte quienes se unieron para expresar su rechazo a la realización de la Copa América en Colombia.
Barristas de diferentes clubes colombianos que en el pasado se enfrentaban en las calles, esta vez cantan en armonía para decirle al Gobierno que en este momento no se debe jugar fútbol.
Muchos argumentaron que realizar este evento no era más que una especie de salvavidas y cortina de humo para Iván Duque que aún no ha mostrado voluntad de diálogo.
«Con luto no se juega» o «Sin justicia no hay fútbol» fueron algunos de los mensajes de las hinchadas para evitar que el país recibiera compromisos internacionales de la Conmebol en medio de las protestas y la represión policial vivida en las calles.
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Ante este hecho el ente sudamericano replanteó la posibilidad de que la Copa América se jugara en otra sede como finalmente sucedió, pues el pasado 20 de mayo la confederación sudamericana le retiró a Colombia la posibilidad de ser anfitriona otorgándole momentáneamente la totalidad del evento a Argentina.
No obstante, el gobierno quiso insistir en la realización del torneo pidiéndole a la Conmebol que postergara el evento para finales de este 2021, esperando la disminución de casos Covid, es decir desde el ministerio del Deporte en cabeza de Ernesto Lucena quisieron hacer ver el retiro de la sede por motivo de la emergencia sanitaria y no por el Paro, aunque finalmente el Gobierno terminó reconociendo que el estallido social había influido para que no existieran las garantías de organizar la Copa.
Reclamos pendientes
Si bien el paro convocado para el 28 de abril tuvo como mayor causa la reforma fiscal, lo cierto es que a medida que transcurrieron las jornadas de protesta tomaron mayor fuerza las exigencias de los colombianos indignados por cuestiones como la reforma laboral y pensional, así como la reforma policial, puntos pendientes en la concertación nacional que por ahora la definirán los miembros del Comité Nacional del Paro y el Gobierno.
Otros reclamos son la educación universal gratuita, la renta básica para los estratos más bajos, la revisión al sistema de salud en manos de las EPS, la revisión de los precios y la cantidad de peajes en el país, los subsidios al agro y el campo colombiano, las reivindicaciones de los indígenas y sus territorios, programas e incentivos para los artistas, la inversión en ciencia y tecnología, entre muchas otras.