En Armenia, familiares de Jaime Echeverry denuncian presunta negligencia de la Clínica Central de Armenia y EPS Sanitas. Paciente murió.
“Hoy nos tocó a nosotros”, expresa Patricia Echeverry, hermana de Jaime Echeverry de 66 años de edad quien sufrió en carne propia lo que ella señaló como burocracia, desinterés y la demora de algunas EPS y clínicas del país.
De acuerdo con Patricia, hace una semana su hermano fue llevado al Hospital San Juan de Dios de Armenia debido a un cálculo renal. Profesionales de la salud le sugirieron someterse a una Litotricia, procedimiento que utiliza ondas de choque para desintegrar los cálculos.
El procedimiento solo podía hacerse en la Clínica Central del Quindío ya que de acuerdo a su EPS Sanitas, es allí en donde tiene el convenio.
En vista de la urgencia, familiares decidieron pagar una ambulancia medicalizada para su traslado, sin embargo, una vez en la Clínica Central empezó lo que para ellos fue un calvario.
Las ‘trabas’ de la atención
Patricia Echeverry explicó que el primer tropiezo sucedió en la unidad de urgencias. A pesar de contar con las imágenes en el teléfono al igual que el reporte de Urotac en donde evidenciaba el cálculo renal a los médicos no le servía.
La clínica nuevamente le ordenó otro examen de Urotac el cual, según Patricia, fue reportado como normal. Pese a eso, debido a que su función renal se encontraba alterada fue dejado en hospitalización en un cuarto particular que su familia pagó porque no había piso.
Sin embargo, pese a pagar habitación, quienes acompañaban a Jaime no encontraron un médico con quien hablar y los especialistas solo pasaban ronda una vez en la mañana.
“Mi hermano estaba presentando mucho dolor y muy edematizado. Rogando una noche le pusieron una dosis de morfina con la que pudo dormir.”, manifestó Patricia.
Tres días después de haber acudido al primer centro asistencial, el urólogo de la Clínica Central le ordenó la litotricia. Sin embargo, según indicó su hermana no hubo más medicamento para calmar el dolor de Jaime. Al parecer tampoco hubo revisión de la saturación ni asignación de otros exámenes médicos que le permitieran conocer su estado de salud.
El paciente, finalmente fue remitido a Pereira para el procedimiento, sin embargo, durante la intervención y luego de padecer tanto dolor sufrió una descompensación y murió.
“Nunca en la clínica le miraron más allá del dolor del cálculo el cual tampoco fue atendido, nadie vio que estaba saturando por debajo de 90%, que estaba con respiración anormal, lo enviaron sin tomarle un electrocardiograma, sin compensarlo.”
Qué dice la Clínica Central del Quindío
De acuerdo con la gerente de la IPS, Luz Marina Estrada, en la historia clínica quedó consignada la oportunidad, calidad y pertinencia con el que fueron suministrados los medicamentos y los exámenes para el paciente.
De igual manera, también indicó que Jaime Echeverry fue constantemente monitoreado para saber su estado de salud y la remisión hacia la ciudad de Pereira fue entre los días establecidos. Para la representante del centro asistencial, hubo un buen servicio por parte de los galenos.
No obstante, debido a que el historial clínico es un documento de carácter privado no amplió más información sobre el usuario.
La atención frente a estos casos
Cristian Alejandro López, director médico de la Clínica Central del Quindío explicó que los dolores relacionados a un cálculo renal pueden compararse con el dolor de un parto.
De acuerdo al umbral de dolor de un paciente es priorizado el caso y atendido de acuerdo a la urgencia. Es así como antes de sugerir algún procedimiento, previamente se exige una serie de exámenes para determinar el estado del cálculo, la sangre y la orina.
“El tamaño y densidad son criterios importantes para definir si pueden ser expulsados de manera natural o si es necesario hospitalización y cirugía”.
López, aseguró que el peligro de padecer cálculos renales está relacionado con la inhibición de la orina, (No poder orinar por alguna condición médica o aguantarse la micción) lo que representa una amenaza grave para la vida debido a la imposibilidad de los riñones para mantener la homeostasis del organismo.
La urgencia dialítica como se conoce el termino, puede desencadenar hipercalemia, un nivel de potasio en la sangre más alto de lo normal; producir encefalopatía urémica, un síndrome orgánico cerebral agudo; o hasta un edema pulmonar causada por el exceso de líquido.
El director médico aseguró que la cínica siempre monitorea este tipo de complicaciones con gasometría arterial y evaluando los signos vitales. Es por eso que ante la presencia de cálculos renales que pueden manifestarse en dolor lumbar intenso, se recomienda asistir a rápidamente a su IPS.
Mientras se define el procedimiento, de acuerdo al nivel del dolor del paciente se suministra distintos medicamentos, desde acetaminofén, dipirona, diclofenaco y hasta derivados de morfina.