Casos denunciados en Montenegro y Quimbaya dan cuenta de una situación anómala que viene sucediendo en el departamento del Quindío con la empresa Tigo que obliga a sus clientes a permanecer en sus contratos, a pesar de las peticiones de cancelación de los mismos.
Uno de los casos es el de la señora Lucila Restrepo, una adulta mayor de 74 años de edad y habitante del barrio Clementina de Quimbaya, quien desde hace 4 meses ha buscado por varios medios cancelar el servicio de internet y cable que tiene en su casa, ya que lo puso para sus nietos, pero ellos ya no viven con ella.
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La señora y sus hijas han llamado en más de una veintena de veces a las líneas que se supone Tigo tiene habilitadas para atender a sus clientes, pero a pesar de que les han contestado, siempre les dicen que las van a redirigir al área encargada y las dejan esperando en la línea.
Ante la imposibilidad de cancelar el servicio de manera telefónica, decidieron ir a Armenia a la oficina de Tigo en el centro de la ciudad, pero la respuesta allí fue que Quimbaya no es un municipio que maneje esta oficina, así que deben dirigirse hacia Pereira para que las atiendan.
Por cuestiones de la pandemia del Covid-19, ya que la señora tiene 74 años, además del tiempo necesario para ir hasta Pereira, y el dinero en pasajes que tendrían que pagar, esta adulta mayor ha tenido que seguir pagando cada mes 120.000 pesos por un servicio que no utiliza.
Le cobran dos planes aunque desinstalaron equipos de uno de ellos
Una situación mucho peor vive el señor Harol Ruiz Restrepo en Montenegro, un habitante del barrio La Pista de esta localidad, quien llevaba 2 años con internet para el hogar de Tigo y decidió cambiarse a internet comercial para el negocio que tiene en su propia casa.
La empresa le instaló el nuevo internet comercial y le retiró los anteriores modem y codificadores, pero no le canceló el anterior plan. Así que quedó con dos planes en la misma dirección, sin que pudiera utilizar uno de ellos. Desde el mismo día de la instalación del nuevo plan empezó a llamar a la empresa para cancelar el antiguo, pero lo dejaron esperando hasta 2 horas sin respuesta.
«Siempre me dijeron que me pasarían al área encargada y nunca me respondieron, razón por la que fui hasta la oficina central en Armenia y allí me mandaron para Pereira a pesar de que vivo en Montenegro. Por mis obligaciones laborales no puedo ir hasta esa ciudad y no me resuelven nada en esta empresa. Estoy pagando casi $300.000 en planes que ni siquiera utilizo», dijo el frustrado cliente.
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Ambos ciudadanos señalaron que pondrán en conocimiento de la oficina del consumidor toda la situación, pero se les ha dificultado este trámite por los cuidados en medio de la pandemia para la adulta mayor, y la falta de tiempo en su trabajo para el señor montenegrino. Aun así quisieron denunciar el caso ante los medios de comunicación para advertir a la comunidad quindiana sobre lo que viene sucediendo con esta empresa.
Desde 180 Grados Digital nos acercamos hasta las oficinas de Tigo para corroborar la información y efectivamente se nos comunicó que municipios como Quimbaya y Montenegro son manejados desde Pereira y que en Armenia por ese motivo no se reciben las solicitudes de cancelación inmediata.
Además ambos clientes cuentan con pruebas de las llamadas de hasta dos horas, como son pantallazos de sus celulares y grabaciones en las que se demuestra la desidia de la empresa por atender los reclamos de sus usuarios.