El robo a ‘la mema’ del billete de 10 mil pesos, la gran estafa del Banco de la República. Adriana Martínez Reclama su lugar en la historia de Colombia.
La estrategia era demasiado simple, utilizaban una imagen cualquiera y sin conocer su autor, y recibían elogios por el diseño. Tal vez eso era lo que pensaba el Banco de la Republica de Colombia en 1992, al usar el rostro de Adriana Martínez Dogirama, una indígena de la comunidad emberá, que no dio su permiso para aparecer en el billete de 10 mil pesos colombiano.
Esta historia inició mucho antes. En 1980, a la edad de 14 años, Adriana fue fotografiada por unos retratistas investigadores que se encontraban en su aldea ubicada en el Chocó, según ellos, capturando la esencia de los nativos. Recuerden este dato porque será importante más adelante.
Al transcurrir los años la protagonista de nuestra historia formó una familia, pero la violencia que azotaba su entorno, con enfrentamientos entre grupos guerrilleros y paramilitares, la obligaron a huir hacia Panamá. Allí se radicó y tuvo varios hijos.
Pasaron las décadas en el trasegar normal de su hogar, hasta que un día como cualquier otro su hija menor, Alejandra Banubio Martínez, notó algo especial mientras veía televisión. Enganchada a la serie de Netflix “El robo del siglo”, notó cómo las cámaras enfocaban unos billetes de 10 mil pesos que los actores lanzaban al aire celebrando el robo que relata esa producción.
Los billetes llamaron su atención, pues en ellos aparecía una joven muy parecida a su mamá. El cabello oscuro y largo, el pequeño capul que cubría su frente, la mirada penetrante, los muchos collares de pepas que adornaban su cuello y la tinta que pintaba cierta parte de su rostro, eran demasiado familiares para la chica que veía atónita la pantalla.
Se vinieron a su memoria fotografías que su mamá guardaba de sí misma siendo adolescente. Corrió a buscarlas y como si hubiese sido obra del destino, Alejandra también descubrió un robo millonario. El rostro de su mamá era el mismo que estaba en ese dinero. La serie en streaming había revelado sin querer una gran estafa.
A doña Adriana Martínez nunca le pidieron permiso, ni le pagaron regalías, por ser la imagen de uno de los billetes más emblemáticos de la historia de Colombia. La denominada ‘mema’ de 10 mil pesos, era un plagio de su rostro.
Esta mujer, cuya cara todos los colombianos de la época deseaban tener en sus bolsillos, nunca se enteró de que aparecía en tan importante diseño, debido a que su residencia en Panamá la alejó del dinero nuestro país.
¿Cómo se convirtió el rostro de Adriana Martínez en la ‘mema’ del billete de 10 mil pesos?
El fotógrafo Mauricio Pardo Rojas envió un artículo al boletín del Museo del Oro del Banco de la República, que se tituló “Regionalización de indígenas Chocó”, junto con varias fotos de personas emberá. El artículo salió publicado en la edición número 18 de enero-abril de 1987, en las páginas 46 a 63.
Un año después, en 1988 la central bancaria realizó un concurso de diseños para la edición de billetes que conmemorarían en 1992 el descubrimiento de América.
Los ganadores del concurso, un colectivo de diseñadores, fueron llamados por el Banco de la República, para perfeccionar lo que sería la imagen final del billete de 10 mil pesos. Aquí la historia se vuelve borrosa, porque no se sabe quién aportó la foto tomada por Mauricio Pardo, y autorizó a que se utilizara.
Ya en 1992, cuando salió a la luz la denominada ‘mema’, el fotógrafo notó que la imagen era muy parecida a las que él había presentado en el artículo de 1987. Su sorpresa fue enorme, cuando revisó la publicación y confirmó que efectivamente habían utilizado su obra.
Misteriosamente también es oscura esta parte de la historia, pues no se sabe por qué Mauricio nunca reclamó los derechos de esa fotografía. Sin embargo el artista juró hace pocos meses que nunca recibió un solo peso o regalía por aquel diseño.
¿Qué reclama doña Adriana Martínez?
Al darse cuenta de que su rostro había sido famoso en toda Colombia en la primera mitad de la década de los 90, y aun es recordado como la imagen de uno de los billetes más bellos que han circulado en el país, doña Adriana decidió pedir que se le reconozca su presencia en la historia.
La mujer perteneciente a una comunidad vulnerada por gobiernos, entidades y particulares, pide lo que es justo para ella, y para muchos que conocen su relato. Más allá del tema económico, doña Adriana quiere participar en eventos en los que se le admire como aquella ‘mema’ que los colombianos apreciaron en el billete de más alta denominación de finales del siglo XX.
La petición de esta dama, llegó a manos de las directivas del banco de la República, pues ella decidió enviarles una carta en el año 2023.
Lamentablemente para ella, y de una manera que atenta contra la dignidad de los pueblos indígenas de este país, el banco se pronunció con evasivas tan inverosímiles como que “esta había sido una obra original que se inspiró en los rasgos generales de las mujeres emberá y que la imagen se compone de piezas propias de esa cultura.
“La ilustración final del billete es producto de la creatividad de los autores que en su momento participaron del diseño, quienes se inspiraron en varias imágenes y fotografías de la comunidad indígena y de las mujeres emberá, recogiendo en dicho dibujo original las características y rasgos propios de dicha cultura”.
Continuaron “Por lo anterior, la ilustración que aparece en el billete no consiste en la imagen propia, identificable, inherente e individual de alguna persona, sino en la representación artística de las mujeres emberá. No encontramos antecedentes que den cuenta de una reproducción de una persona especialmente identificada o identificable. Hasta donde hemos podido determinar, no se trata de la imagen de una persona específica”.
La historia contada por Netflix: El robo al banco de Valledupar
Como ya hemos contado en este relato, el robo al banco de la República en Valledupar, es la historia que relata una serie de Netflix, y que desembocó en que se descubriera toda esta trama de plagios y robos protagonizada por el Banco de la República contra una indígena del Chocó.
La historia de aquel robo ocurrido la mañana del domingo 16 de octubre de 1994, en la que un grupo de 30 personas cometieron el asalto más grande del siglo XX en Colombia sin hacer ni un solo disparo, comienza meses antes del saqueo con las labores de inteligencia para fabricar un plan perfecto que burlara toda la seguridad del sitio.
Con un diseño casi perfecto, a las 6.15 de la mañana iniciaron el asalto. Los astutos bandidos tenían un plan tan impecable, que únicamente violentaron una puerta blindada, utilizando equipos de soldadura y seis cápsulas de oxígeno.
Una vez penetraron las gruesas capas de acero de la bóveda se encontraron con montañas de fajos de efectivo de 2.000, 5.000 y 10.000 pesos, una cantidad que ni en sus sueños hubieran podido imaginar.
Luego de 18 horas de trabajo al interior de la pieza acorazada y 23 botellas de oxigeno gastadas, a la media noche del 17 de octubre los atracadores salieron victoriosos por la puerta principal, montados en un camión rojo y con ellos miles de billetes de “la mema” que sumaban a su botín de 24 mil millones de pesos.
Este robo histórico provocó una serie de situaciones inverosímiles en el país. Desde la búsqueda de billete a billete por su serial, hasta que finalmente descontinuaran aquellos diseños a mediados de 1.995, cuando apenas llevaban poco más de dos años en circulación.
La descontinuación de aquel dinero sirvió también para mantener en secreto aquel plagio del que fue víctima la ‘mema’ Adriana Martínez durante décadas y que solo vino a conocerse por el azar del destino.
Tristemente la historia de doña Adriana aun no tiene un final feliz, pues el banco se reúsa a darle un merecido reconocimiento, luego de que evidentemente robaran su imagen.
Aquellos atracadores, de los que ya pocos quedan vivos, tal vez nunca supieron que robaron a otro estafador, como es el Banco de la República en esta situación. Y como dicen en mi pueblo, ladrón que roba a ladrón tiene mil años de perdón.