La Ley de Seguridad Ciudadana que fue aprobada en el Congreso y enviada a sanción presidencial creó una figura que permite la justicia por mano propia.
En Colombia suele darse que las personas reaccionen violentamente frente a robos en su propiedad o cuando transitan las calles a pie o en su vehículo, por lo que en ocasiones el delincuente no termina capturado por las autoridades sino ajusticiado por los mismo ciudadanos.
Pues ese tipo de comportamiento quedó tipificado y legitimado como la defensa privilegiada, de acuerdo con lo explicado por el ministro de Interior, Daniel Palacios.
Según el funcionario, cuando un ciudadano reaccione violentamente para defenderse de un robo en su propiedad como en su casa y su vehículo, el fiscal deberá asumir que fue en legítima defensa, aunque podrá determinar si presenta cargos en su contra.
Por su parte el juez del caso tendrá que medir a través de un test la proporcionalidad con la que se defendió el ciudadano y determinar si fue apropiada o no.
El gobierno argumenta en defensa de la ley que la preocupación siempre será el ciudadano que está en su casa sin ser una amenaza social y no el ladrón que irrumpe en una vivienda.
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Legítima defensa privilegiada
Se presume también como legítima la defensa que se ejerza para rechazar al extraño que usando maniobras que superen las barreras de la propiedad o mediante violencia penetre o permanezca arbitrariamente en habitación o dependencias inmediatas, propiedad comercial cerrada al público o vehículo ocupado. La fuerza letal se podrá ejercer de forma excepcional para repeler la agresión al derecho propio o ajeno.
Parágrafo. En los casos del ejercicio de legítima defensa privilegiada, la valoración de la defensa se deberá aplicar un estándar de proporcionalidad en el elemento de racionalidad de la conducta.
