Las ‘Casas de Pique’ en Montenegro, sangre, desapariciones y el control total de los delincuentes, ante la mirada pusilánime de autoridades.
El diario Nueva Crónica del Quindío reveló esta semana un hecho que desde 180grados.digital ya habíamos informado hace meses, y es la escabrosa situación del sector de La 18 en Montenegro, en donde los muertos podrían contarse por decenas y sus cuerpos tal vez nunca aparezcan.
Lo que sucede en este barrio, cuyo nombre real es Pablo Sexto, ubicado a solo una cuadra del parque Bolívar, en una zona equidistante del teatro municipal, la Casa de la Cultura, la alcaldía de Montenegro y la estación de Policía, le pondría los pelos de punta al mismísimo ministro de Defensa.
Aunque la Fiscalía viene adelantando operativos en la zona, y se ha informado sobre la desmantelación del grupo delincuencial organizado ‘Los Ogros’, la realidad es que a pesar de estos operativos a esta zona los delincuentes le tienen prohibido el ingreso hasta a los mismos funcionarios de la alcaldía y del hospital Roberto Quintero Villa.
Y es que el sector, que siempre ha tenido problemas de violencia, se ha convertido en el foco de inseguridad más grande de todo el Quindío, de donde según fuentes judiciales, salen los sicarios que cometen los homicidios de gran parte del Eje Cafetero. Corredor de drogas estupefacientes y cuanta actividad delictiva se puedan imaginar.
Y la situación se ha agravado en los últimos años de administración de Daniel Restrepo como alcalde, en connivencia con el gobernador Roberto Jairo Jaramillo.
La pusilanimidad de ambas administraciones es evidente cuando permitieron que esta zona fuera completamente controlada por las bandas criminales, sin interesarse por realizar allí actividades sociales, educativas y psicológicas que previnieran el desastre en el que se ha convertido.
23 homicidios y contando
Según el diario Nueva Crónica del Quindío, la fiscalía reveló en audiencias, que esta estructura criminal de 40 integrantes aproximadamente es uno de los brazos delincuenciales de José Albeiro Hoyos González, alias ‘Nené’.
Su centro de operaciones, ubicado en el mencionado sector de La 18 en Montenegro, incluye casas como guaridas para ocultar los estupefacientes y a los sicarios, además de que funcionarían como ‘casas de pique’ de personas.
Esta zona está ubicada en un sector cuyo acceso es por empinadas escaleras, que culminan en orillas del río Roble, lo que facilita que los delincuentes se escondan en zona boscosa junto al río y que lancen los cuerpos de sus víctimas al afluente.
De hecho se presume que el río es utilizado como un corredor que comunica a los delincuentes con zonas estratégicas para el comercio de drogas, como son los barrios La Isabela Baja y El Golfo.
Las muertes en esta zona estarían relacionadas con guerras entre bandas de microtráfico entre las que se estarían pagando entre 700 mil y 2 millones de pesos por homicidio de uno u otro bando.
Dentro de los crímenes esclarecidos estarían los de varias víctimas halladas en el río Roble, así como de ciudadanos venezolanos, algunas personas que han sido reportadas como desaparecidas en el Quindío en los últimos años, y hasta el crimen de la agente de tránsito de Calarcá, Gina Marcela Castaño Medina, quien habría sido víctima por error, pues al parecer iban a asesinar a su esposo.