El caos se apoderó de Popayán la noche de este viernes 14 de mayo, luego de que una multitud de manifestantes llegara hasta las instalaciones de la Unidad de Reacción Inmediata -URI- de la ciudad, donde, según la denuncia de defensores de Derechos Humanos, habría sido violada la menor de edad, Alisson Salazar, de 17 años, por miembros de la Policía.
El abuso sexual se habría perpetrado la noche del miércoles, luego de que la adolescente, quien es hija de un policía que presta su servicio en Cali, fuera aprehendida por agentes del Esmad. La misma niña denunció el hecho en redes sociales y luego se suicidó, lo que causó la indignación de la comunidad payanesa.
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Fue así como centenares de personas salieron a protestar contra la policía y en medio de los disturbios prendieron fuego a la URI, y también atacaron las oficinas de Medicina Legal.
La ONU Derechos Humanos Colombia condenó estos hechos y señaló que: «urge proteger evidencias forenses que allí se encuentran y que son fundamentales para búsqueda de desaparecidos, verdad, justicia y reparación para las víctimas. Los funcionarios se encuentran a salvo, les expresamos nuestra solidaridad».
También se reportó un incendio en una empresa de telecomunicaciones. Además, hubo reportes de una situación compleja, por enfrentamientos, gases y detonaciones en el barrio Bello Horizonte, norte de la ciudad, donde residiría el estudiante de ingeniería informática Sebastián Múnera Quintero, quien murió en la tarde de este viernes en hechos por los que también señalan a la Policía.
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El presidente Iván Duque informó, tras los acontecimientos, que envió al ministro de Defensa, Diego Molano; y al ministro del Interior, Daniel Palacios; hasta Popayán, para que encabecen consejos de seguridad y se recupere el orden en la capital del Cauca.
La situación denunciada por la menor que se quitó la vida ya es investigada por la Fiscalía y de acuerdo con información extraoficial, los agentes que habrían aprehendido a la niña, fueron suspendidos de sus cargos mientras avanza la investigación.
