En Recuca todos nos sentimos como en casa o quizás, en la tradicional finca de la abuela. En esta oportunidad Doña María, una mujer cabeza de familia, junto a su esposo, hijo y nieto, visitaron este parque diferente ubicado en la vía que conduce al corregimiento calarqueño de Barcelona.
Al llegar, nos encontramos con una tradicional finca quindiana donde escuchamos: «Q’hubo pues montañeros», un saludo de alguno de los personajes que hacen de el día en Recuca, una verdadera experiencia con sabor a café y sobre todo de muchas sonrisas.
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Las maquetas robotizadas exponen de manera interactiva lo que fue y cómo se ha ido transformando la cultura del café en nuestra región.
Mientras se recorre y se disfruta de la cultura cafetera, nos deleitamos con los majestuosos paisajes, aprendemos y reímos a carcajadas.
Vestirse y bailar música montañera, recoger café y ganarse la ‘mamadita’ -el pago-, tomar bogadera, entre otras actividades, son algunas de las cosas que se realizan en este lugar que tanto nos identifica.
Es todo un placer almorzar, en los tradicionales y hoy escasos platos de esmalte, un bitute como lo llaman ellos, conformado por: frijoles, arroz, arepa, huevo, chicharrón, carne molida y tajada madura. Además de una deliciosa mazamorra, con panela.
La familia elegida para disfrutar de este singular sitio turístico fue la compuesta por la ya mencionada doña María, adulta mayor trabajadora de un restaurante de Circasia; su nieto Miguel, su hijo Juan Carlos, quien tiene una discapacidad cognitiva; y don Heriberto, el esposo, que hace un par de años no puede trabajar debido a problemas cardiacos.
Lo invitamos a ver el video. Sin duda alguna este día nos dejó imágenes llenas de sonrisas, donde se nota que la pasamos una Recuca:
Para llegar a Recuca sólo debes seguir el siguiente mapa:
