El revolcón económico y financiero del Papa Francisco en el Vaticano. lideró una de las reformas más profundas en la historia.
Desde su elección en 2013, el Papa Francisco emprendió una cruzada silenciosa pero contundente para limpiar las finanzas del Vaticano. En medio de escándalos históricos, cuentas opacas y gestión cuestionada, el pontífice argentino impulsó una de las reformas financieras más profundas que ha vivido la Santa Sede en las últimas décadas.
Una entidad financiera bajo sospecha: el IOR o el banco del Vaticano
El Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido popularmente como el banco del Vaticano, fue por años sinónimo de secretismo y controversia. Su implicación en el colapso del Banco Ambrosiano en 1982, el misterioso asesinato de su presidente Roberto Calvi y los casos de lavado de dinero lo convirtieron en foco de sospechas.
El IOR permitió durante años la existencia de cuentas a nombre de personajes no religiosos, que aprovechaban su estatus extraterritorial para evadir impuestos y ocultar fondos. Esta práctica deterioró la imagen de la Iglesia y expuso al Vaticano a presiones internacionales.
En 2012, el Banco Vaticano fue implicado en una serie de investigaciones internacionales sobre lavado de dinero. En ese año, el IOR fue investigado por las autoridades italianas debido a transacciones sospechosas y no transparentes.
El escándalo se centró en el hecho de que el banco transfería grandes sumas de dinero sin la debida diligencia. Se descubrió que más de 23 millones de euros fueron transferidos sin explicación clara entre el Vaticano y otros países, incluyendo cuentas bancarias en Italia y fuera de ella.
A pesar de que la entidad vaticana no fue formalmente acusada, el escándalo contribuyó a la creciente presión internacional sobre el Vaticano para que mejorara sus prácticas financieras.
La visión del Papa Francisco: limpieza, transparencia y misión
El Papa Francisco llegó al pontificado con una visión clara: devolver a la Iglesia la credibilidad perdida y hacer que el dinero sirviera a la misión pastoral, no a intereses personales. Para ello, lanzó una reforma integral basada en cinco ejes:
- Auditoría y rendición de cuentas: Por primera vez, el Vaticano comenzó a publicar balances anuales auditados externamente. Se contrató a firmas como PricewaterhouseCoopers para revisar cuentas y procedimientos.
- Depuración del IOR: Se cerraron más de 5.000 cuentas opacas. Se implementó el principio de «conozca a su cliente» (KYC) y se limitó el acceso a cuentas religiosas autorizadas.
- Nuevos órganos económicos: Se creó la Secretaría para la Economía, encabezada por el cardenal George Pell, con funciones similares a un ministerio de finanzas. También se fundó el Consejo para la Economía y la Oficina del Revisor General para controlar el uso de los recursos.
- Reestructuración de inversiones: En 2022, Francisco ordenó que todas las inversiones del Vaticano fueran centralizadas y supervisadas, prohibiendo aquellas contrarias a la doctrina católica (armas, pornografía, juegos de azar, etc.).
- Colaboración internacional: El Vaticano se integró a redes financieras globales para prevenir el lavado de dinero y cumplir con estándares internacionales, ganándose el reconocimiento de instituciones como Moneyval y la Unión Europea.
El escándalo Becciu y el edificio de Londres
Uno de los casos más sonados de esta batalla librada por el Papa Francisco, fue la del cardenal Angelo Becciu, destituido en 2020 tras ser vinculado a la compra opaca de un edificio de lujo en Londres con fondos del Óbolo de San Pedro (donaciones de fieles). Becciu también fue acusado de beneficiar a empresas ligadas a su familia.
En 2024, Becciu fue condenado por malversación en un juicio sin precedentes en la historia vaticana. Este caso expuso cómo algunos sectores de la Cúria usaban recursos destinados a la caridad para negocios personales, desatando una ola de indignación entre los católicos del mundo.
Resultados dell revolcón económico y financiero del Papa Francisco
A pesar de la resistencia interna y las críticas, la reforma financiera del Vaticano ha mostrado grandes avances concretos:
- El IOR opera hoy bajo estándares bancarios internacionales.
- Las inversiones son éticamente responsables.
- Las cuentas están más reguladas.
- Se ha reducido el déficit, aunque persisten problemas estructurales como el fondo de pensiones.
El Papa Francisco demostró que el cambio es posible incluso en una institución tan antigua como el Vaticano. Su lucha no solo fue por la transparencia financiera, sino por devolverle a la Iglesia su esencia: el servicio desinteresado a los más vulnerables.