Con ataque armado en cárcel de Armenia habría iniciado ofensiva de criminales que amenazan con demostrar su poder desde prisiones de Colombia.
Un ataque armado que se registró en el interior de la cárcel San Bernardo de Armenia en las últimas horas, encendió las alertas de las autoridades en todo el país, pues se presume que la acción es atribuible a un grupo de delincuencia organizada que el pasado 2 de febrero distribuyó panfletos en los que amenazaron con realizar acciones criminales en las cárceles de todo el territorio nacional.
Estos delincuentes amenazaron a guardianes del Inpec y directivos de cárceles a través de panfletos en los que señalan que desde las cárceles manejan las actividades criminales de todo el territorio nacional y que lo van a demostrar con sus acciones dentro de los penales, si no los devuelven a sus lugares de origen.
En sus amenazas también señalaron a periodistas del Valle del Cauca, a los que quieren presionar para que publiquen todo lo que los jefes de sus bandas criminales deseen.
Es de recordar que muchos criminales condenados purgan sus penas en ciudades lejanas a las que son oriundos, con el objetivo de alejarlos de las estructuras delincuenciales que manejan. Esta es una estrategia que parece no servir de mucho, pues las cárceles se convirtieron en verdaderos centros del crimen.
El ataque armado en cárcel de Armenia
De acuerdo con el propio alcalde de la capital quindiana, James Padilla García, el suceso en la cárcel San Bernardo de Armenia sería atribuido al grupo delincuencial organizado ‘Los Magos’, una estructura criminal con centro de operaciones en Tuluá, pero que cuenta con presencia en diferentes regiones de Colombia y principalmente en las centros carcelarios de todo país.
Los criminales habrían lanzado en el interior de la mencionada prisión en la capital quindiana, uno de sus panfletos amenazantes. Poco después se conoció el ataque armado.
La situación no dejó personas heridas, pero se sabe que los disparos realizados por reclusos dejaron por lo menos 7 marcas de impactos de bala en las paredes del centro penitenciario.