Andrea Cortés Guarín, se convirtió en la primera mujer trans en hacer parte de la Policía Nacional de Colombia. Es patrullera, estudia Comunicación Social y Periodismo y quiere ser una defensora de los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTI.
Desde niña ella y su familia, en Bucaramanga, supieron siempre de su condición sexual, y aunque sufrió de bullying y discriminación en el colegio, sus 2 hermanas menores y su mamá nunca la señalaron.
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Al cumplir su mayoría de edad, Fabio, su nombre de cuna, entró a prestar el servicio militar como auxiliar de la Policía. En la institución sabían que era homosexual, una condición que dice, «es avalada y respetada en la Fuerza Pública».
Allí descubrió su vocación y tomó las dos más grandes decisiones, que según ella, ha tomado hasta ahora en su vida: seguir la carrera de policía e iniciar su transición a mujer.
A los 19 años, mientras estaba en la Escuela, a mediados de 2015 empezó su tratamiento hormonal. Cuenta que sus compañeros siempre fueron respetuosos.
Avanzado su proceso de transformación, quiso cambiarse el nombre y que se le reconociera como mujer en la Policía, pero fueron días de lucha, pues tuvo que instaurar tutelas e iniciar un proceso legal, ya que en la institución le argumentaron que si ingresó como hombre, así permanecería a los ojos de todos.
En mayo de 2018 el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Popayán le notificó a la Policía Nacional que la debía reconocer el derecho al desarrollo de la libre personalidad, la personalidad jurídica, la vida digna y la igualdad a Andrea Cortés Guarín.