Un auténtico calvario tuvo que padecer una joven madre colombiana que escapó del Catatumbo y terminó deportada de Estados Unidos.
Durante los últimos días se conocieron historias de vida conmovedoras de los ciudadanos colombianos que fueron deportados de Estados Unidos por disposición del presidente Donald Trump tras los estrictos controles a inmigrantes en ese país.
La mayoría se fueron de Colombia en busca del ‘sueño americano’ y de mejores oportunidades, incluso para salvar su vida y proteger su integridad del asedio violento de los grupos armados en zonas como el Catatumbo.
Precisamente ése es el caso de Natalia, una joven de 23 años de edad que dio a conocer su testimonio en Caracol Radio y cuyo verdadera identidad no fue revelada para no poner en riesgo su seguridad, ya que precisamente tuvo que huir del país por dicha violencia que le arrebató a su esposo.
«En Catatumbo la violencia siempre ha brillado, nosotros somos desplazados, tengo dos hijos que incluso los dejé, pero los dejé con una persona lejos, para que ellos estuvieran protegidos, porque incluso el papá de mi hijo lo asesinaron, yo tuve que presenciar el asesinato del papá de mi hijo cuando yo estaba en embarazo, ya en mi vida corría mucho peligro, yo tengo marcas de cuando a nosotros nos secuestraron, que nos torturaron y demás cosas”, añadió a Caracol Radio.
Escuche el relato de la colombiana a continuación:
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Atravesó el Darién y cruzó la fronte entre México y Estados Unidos
En su relato la migrante contó que atravesó la selva del Tapón del Darién y Centroamérica para llegar hasta territorio estadounidense, una auténtica travesía en la que tuvo que enfrentarse a las inclemencias de la naturaleza y la crudeza de la crisis humanitaria de los miles de inmigrantes que arriesgan sus vidas.
Trabajó en México durante varias semanas en diferentes oficios. Reunió dinero y se subió a ‘La Bestia’ o ‘Tren de la Muerte’ el cual los inmigrantes abordan en pleno movimiento y pasó la frontera excavando un túnel en el muro.
La colombiana contó, que aunque trató de llegar antes de la posesión de Trump para evitar que las medidas se extremaran, finalmente no alcanzó y una vez piso suelo norteamericano fue detenida por la guardia fronteriza, condición en la que permaneció durante 10 días hasta ser deportada en el vuelo de Texas que salió con 91 colombianos.
A pesar de que ella contó su caso no le brindaron ayuda:
“Me siento realmente frustrada por todo lo que pasó. Yo llegué, me entregué a las autoridades norteamericanas, me detuvieron, allí estuve encerrada, y no escucharon mi caso, yo confiaba que cuando les contara por qué había decidido migrar iban a entender mi caso, pero no fue así”, explicó.
Finalmente la colombiana regresó en el vuelo humanitario que ofreció el gobierno de Gustavo Petro, sin embargo ahora su incertidumbre es mayor, pues como consecuencia de ese viaje quedó endeudada y ahora no sabe qué será del futuro de ella y sus hijos, aunque confiesa que intentaría volver a entrar a Estados Unidos.