En total son 7 gatos silvestres que viven al lado contiguo de un conjunto residencial al norte de Armenia.
Desde hace más de tres años una camada de gatos silvestres vive alrededor del Conjunto Residencial Bosques de Laureles, sin doliente alguno Alex Valenzuela habitante de la urbanización decidió adoptarlos para darles mejores condiciones de vida.
Es así como ahora estos animalitos que crecieron en la intemperie cuentan con alimentación, agua y hasta vacunas según su encargado. Sin embargo, la preocupación sobre la tenencia de estos felinos que aún permanecen al aire libre debido a su naturaleza, radica en las intenciones de terceras personas que al parecer no los quieren cerca al conjunto.
De acuerdo con Alex, la administración y algunos miembros de la junta de propietarios han manifestado su negativa ante la presencia de estos gatos. Para evitar ‘cebarlos’, en ocasiones han limitado la entrada al guadual en donde permanecen los animales
“He tenido que pelear con ellos porque sí me han prohibido la entrada y los quieren sacar, dicen que ese comedero no es legal entonces ha sido un problema no solo de esta administración sino de las anteriores también. Pero ahora se ha complicado más”, agregó.
Alex Valenzuela también asegura que en sus visitas diarias ha encontrado hasta pedazos de vidrio que podrían afectar la integridad de los animales e incluso han encontrado tres gatos muertos por envenenamiento.
Aunque se desconoce el motivo y el responsable de estas circunstancias, Alex y algunos dolientes de los gatos señalan que podrían ser residentes del mismo condominio. Las diferencias entre los involucrados han llevado a que las autoridades hagan presencia.
Concepto de las autoridades
Lucelly Ramírez, funcionaria de la Corporación Autónoma Regional del Quindío y quien también habita en el conjunto, manifestó que la situación ha dado para que la autoridad ambiental y hasta miembros de la Alcaldía de Armenia asistan a la residencia.
De acuerdo con la educadora ambiental, la CRQ delegó la responsabilidad a la administración municipal y esta a su vez encargó a la Secretaría de Salud para dar un concepto sobre la tenencia de estos animales al lado contiguo del Conjunto.
De acuerdo con la administración la respuesta de la Secretaría de Salud fue evitar el contacto con estos animales debido a su naturaleza silvestre y contemplar trasladar el comedor de los gatos.
La administración del conjunto responde
Lina Barragán, administradora del Conjunto Residencial Bosques de Laurales, manifestó que la intención de la junta administrativa no es sacar a los animales del condominio sino brindarles mejores opciones en la calidad de vida.
“Se busca que ellos estén efectivamente con las vacunas requeridas, si están en las condiciones óptimas porque son animales silvestres (…) ellos ingresan al conjunto y se agarran con otros gatos domésticos del conjunto y buscamos que no puedan traer alguna enfermedad.”
Lina asegura que en el sector donde habitan estos gatos se ha permitido el funcionamiento de comedores e incluso la presencia de su cuidador Alex Valenzuela. “Nunca se le ha negado que ingrese allí y siempre ha estado bajo la supervisión de un operario.”
Frente a la presencia de los objetos corto punzantes, la administradora agregó que en vídeos de cámaras de seguridad aún no se ha visto quiénes son los responsables de regarlos.
Yo también vivo en Torres de Laureles y he sido testigo de la cacería tan criminal que le están haciendo a esos gaticos.
He visto la cantidad de vidrios que les tiran en los alrededores del comedero. El problema es que la ley los protege y si llegan a saber quiénes están haciendo eso, es un delito que tiene cárcel.
Pero para la junta administradora y para el presidente, la ‘solución’ es mandarlos a zoonosis y tumbarles el comedero.
Se preocupan más por unos animalitos que duermen todo el día y que no le hacen el mal a nadie. O en hacer falsas acusaciones como el que matan guatines (si antes comen juntos), que son un ‘peligro’ para los residentes y que pueden morder a los niños. O que son foco de enfermedades.
Deberían mejor preocuparse por arreglar las humedades, la fachada del bloque 1, el caminito del bloque 7 o la paupérrima condición de los parqueaderos.
En fin, la doble moral…