6 cosas que un adulto nunca debería decirle a un niño, según la psicología

Estas son 6 cosas que un adulto nunca debería decirle a un niño, debido a que las palabras utilizan pueden tener un impacto en la infancia.

1. “Ya va a pasar”: En lugar de desestimar los sentimientos de los niños, es importante brindarles apoyo y atención. Los niños deben saber que siempre pueden preguntar sobre las cosas que les generan inquietud o ansiedad.

2. “No llores, no es para tanto”: Validar las emociones de los niños es fundamental para su desarrollo emocional. Cancelar sus sentimientos puede interpretarse como desinterés o puede enseñarle a los niños que expresar sentimientos está mal. Es fundamental que comprendan que todas las emociones son válidas y que llorar es una forma saludable de liberar frustraciones y tristezas, reconocer lo que sienten es el primer paso para enseñarles habilidades de afrontamiento.

3. “Eres un niño grande”: Aunque esta frase puede parecer inofensiva, puede hacer que los niños se sientan presionados o inseguros. Estas palabras pueden presionar a los niños a comportarse de manera que no están listos para hacerlo. Cada niño se desarrolla a su propio ritmo, y forzar la madurez prematuramente puede generar ansiedad y estrés. Es importante permitirles expresar sus emociones sin juzgar su tamaño o madurez.

4. “Eres igual a tu papá o mamá”: Comparar a un niño con otro miembro de la familia de manera despectiva crea resentimientos y confusión. Los niños pueden interpretar esta frase como una crítica hacia su personalidad o como un rechazo hacia ellos mismos.

5. “Si no te comes todo, no crecerás”: Amenazar a los niños con consecuencias irreales para que hagan algo, como comer toda su comida, crea una relación poco saludable con la alimentación.

6. “Lo único que quiero es que seas feliz”: Aunque esta frase parece positiva, puede poner una carga emocional en los niños. Deben saber que está bien sentir una gama completa de emociones y que la felicidad no es la única meta en la vida.

Debemos recordar que las palabras que utilizamos influyen en la autoestima y la percepción que los niños tienen de sí mismos y del mundo. Ser conscientes de lo que decimos en su presencia es esencial para criar infancias sanas y fuertes.