Un perrito llamado Kenzo murió durante un vuelo entre Tolú y Medellín. La familia dueña de la mascota denunció negligencia de la aerolínea Satena.
Según el testimonio de la ama, el perrito pudo viajar en la cabina del avión, pero no en las mejores condiciones. “Nos obligaron a tenerlo encerrado y en el piso, ni siquiera nos permitieron tener el guacal en las piernas para que el perro nos viera y se sintiera tranquilo”, comentó la mujer.
El animal se empezó a desesperar y a llorar por los ruidos fuertes de la aeronave, motivo por el cual la dueña solicitó que se lo permitieran llevar cargado, pero al parecer la azafata no lo permitió.
«Nosotras le permitíamos sacar la cabeza para que él estuviera más tranquilo y la azafata en tres ocasiones nos obligó a meterlo nuevamente en el guacal y cerrarlo por completo», indicó.
Al final del vuelo el perrito dejó de llorar y cuando sus dueños abrieron el guacal se dieron cuenta que se había ahogado y a pesar de que intentaron reanimarlo con respiración boca a boca y masaje cardiaco no pudieron salvarlo.
«Estamos destrozados con un dolor enorme por una tragedia que se pudo haber evitado», señaló la dueña afectada a través de una publicación de Instagram donde compartió la historia con el fin de pedirle a las aerolíneas y sus azafatas garantías óptimas para los animales durante los viajes.
Precisamente en el Congreso avanza una ley que busca que las mascotas puedan viajar en las cabinas y no en las bodegas de los aviones para evitar casos como el del perro Homero que murió en un vuelo de Puerto Asís a Cali. La iniciativa además contempla que los peluditos puedan tener espacios adaptados para ellos en el transporte aéreo, fluvial y terrestre.
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