Este lunes 22 de noviembre, uno de los capítulos de mayor trascendencia en la historia colombiana llega por fin a término con la entrega del Cruce de la Cordillera central –Túnel de La Línea- que contará con la presencia del presidente de la República, Iván Duque.
Son un conjunto de 60 obras construidas a lo largo de 30 kilómetros de doble calzada, entre los departamentos del Quindío y Tolima, que une el suroccidente del país con el centro colombiano.
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La inversión total del circuito de obras ascendió a 2,9 billones de pesos, con el trabajo de más de 7 mil personas en las obras.
De esta manera se construyeron 31 puentes, 25 túneles (incluido el de La Línea) y 3 intercambiadores viales. Los 30 kilómetros de doble calzada van desde Calarcá, en el Quindío, hasta Cajamarca, en el Tolima.
El conjunto de obras consta de 15 túneles en el Tolima y 8 en Quindío, más los 8,6 km del Túnel de la Línea y su túnel interno de rescate (8,5 km). También, 16 puentes en Tolima y 15 en el Quindío y los 3 intercambiadores viales.
Su puesta en servicio beneficia a diferentes sectores que son clave para el crecimiento del país, como el educativo, comercio, turismo, cultura, medio ambiente, social y transporte, entre otros.
Túneles y puentes
El Túnel de La línea es la obra más representativa e importante del cruce y por ella han transitado más de 1’500.000 automotores de transporte liviano y de carga.
Asimismo, el túnel de rescate ha adquirido gran relevancia en la ingeniería colombiana, pues es la única infraestructura con este propósito que tiene el país. Como se encuentra a 900 metros de profundidad, en sus inicios sirvió como piloto para conocer con mayor precisión las complejidades técnicas y geológicas de la montaña.
Las obras adelantadas desde 2018 dentro del Túnel de la Línea se enfocaron en estabilizar 8 fallas geológicas, entre ellas la conocida como La Soledad, considerada la segunda de mayor complejidad geológica y técnica en la construcción de túneles en el mundo. Además, se terminó el revestimiento de las paredes y la pavimentación de la vía.
La entrega del Túnel de La Línea marcó el antes y el después de la ingeniería colombiana, porque fue considerada por expertos como una obra “imposible”. Además, significó el punto de partida para el circuito de obras de Cruce de la Cordillera, dejando atrás los retos geológicos, de infraestructura y los que trajo la pandemia del Covid-19.
Los 31 puentes del cruce suman 5 kilómetros, destacándose el de Yarumo Blanco, con una extensión de 643 metros.
Este viaducto representa, además, la creatividad de la ingeniería colombiana. Su forma de herradura no es gratuita. Había que enfrentar las fallas geológicas de la zona y se intentó una maniobra única que nunca se había ejecutado en el país: se repotenció el puente y se aislaron sísmicamente las cargas que transmite el suelo a 5 de los 12 apoyos de la estructura.
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Y los retos no pararon. En octubre de 2020 se presentó un gran movimiento de tierra en los kilómetros 37 y 39 de la vía Cajamarca-Calarcá, que provocó una emergencia de gran magnitud en el marco de la finalización del complejo de obras y cierres constantes del corredor vial.
Sin embargo, de nuevo el ingenio y la tenacidad colombiana permitieron que con un puente y con una metodología especial de tratamiento de taludes y estabilidad de cenizas volcánicas, a través de un diseño fast track, se lograra solucionar este problema por etapas, para no interrumpir la operación de la vía nacional y garantizar la seguridad de los viajeros.
Qué dice la historia
El Instituto Nacional de Vías –Invías– recordó que en 1902 se habló por primera vez de la posibilidad de construir un túnel con el fin de cumplir un propósito de la nación: atravesar la cordillera Central. En 1913 se hizo un primer trazo y en 1922 se ordenó, por primera vez, la ejecución de esta obra.
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“Casi 100 años después, en 2005, se inició la excavación del túnel piloto, el cual buscaba despejar dudas sobre si era posible atravesar la cordillera con un túnel, pues expertos mundiales de diferentes nacionalidades indicaban que era imposible por la inestabilidad del terreno, por la presencia de la falla de La Soledad, la segunda de mayor complejidad en el planeta, por la altura y por las condiciones climáticas de la región”, reportó INVÍAS.
Con la entrega total del Cruce de la Cordillera se demuestra la capacidad de resiliencia de los colombianos y el compromiso del Gobierno nacional para concluir, concluir y concluir las obras que estaban estancadas y cuya culminación generan equidad y paz con legalidad.
(Con información del Ministerio del Transporte y del INVÍAS)