A pesar de liderar una institución con activos de millones de euros, el Papa no recibe un sueldo. Pero entonces ¿Cuánto gana el nuevo papa?
Aunque muchos se preguntan cuánto gana el nuevo papa, la realidad sorprende: mientras los cardenales reciben entre €4.000 y €5.000 mensuales, el Pontífice no tiene ingresos personales. Sin embargo, esto no significa que viva con carencias. El Vaticano financia todas sus necesidades, incluyendo alojamiento, alimentación, vestimenta y transporte. Por otro lado, su estilo de vida refleja austeridad, evidenciado cuando eligió residir en la Casa Santa Marta en lugar del lujoso Palacio Apostólico, demostrando un contraste significativo entre los lujos del Vaticano y sus elecciones personales.
¿Cuánto gana el nuevo Papa León XIV?
«Técnicamente, el Papa tendría derecho a un salario estimado en alrededor de 2.500 euros» — Daily Mail, Periódico británico
Contrario a lo que muchos podrían pensar, el Papa León XIV no recibe un salario mensual formal por dirigir la Iglesia católica. A pesar de liderar una institución con recursos significativos, el sumo pontífice no percibe una nómina tradicional.
Aunque no existe un sueldo establecido, las disposiciones internas del Vaticano contemplan la posibilidad de que el Papa pueda acceder a una asignación anual considerable. Según el diario británico The Mirror, cuando Jorge Mario Bergoglio asumió el cargo en 2013, tuvo la opción de recibir un salario anual de 340.000 euros. Sin embargo, fiel a su perfil austero, el Papa Francisco renunció a este pago durante sus 12 años como pontífice, estableciendo un precedente que León XIV podría seguir.
Adicionalmente, el Papa tiene acceso a aproximadamente 28.000 euros mensuales destinados a obras benéficas, ayudas familiares o que pueden ser devueltos a la Iglesia. Algunos informes señalan que podría disponer de una pequeña suma mensual para gastos personales (entre 2.500 y 3.000 euros), aunque no constituye un salario fijo.
En realidad, el sistema económico papal funciona de manera muy diferente a cualquier otro cargo de liderazgo. La Santa Sede cubre completamente todas las necesidades esenciales del pontífice:
- Alojamiento y residencia
- Alimentación diaria
- Vestimenta y accesorios papales
- Transporte y viajes pastorales
- Atención médica y servicios personales
Como expresó el propio Papa Francisco en su documental «Amén: Francisco Responde»: «A mí no me pagan nada… cuando necesito plata para comprarme zapatos o algo así, voy y la pido». Este sistema garantiza que el Papa pueda cumplir con su ministerio sin preocupaciones materiales mientras mantiene su voto de pobreza.
Por tanto, aunque León XIV podría teóricamente acceder a esa asignación económica, el precedente establecido por su predecesor sugiere que probablemente mantendrá un enfoque similar de austeridad y desprendimiento material.
Entre la austeridad y los lujos del Vaticano
El Vaticano presenta una curiosa contradicción: mientras promueve el voto de pobreza, alberga tesoros y espacios de extraordinario valor. Esta dualidad se manifiesta claramente en las opciones de residencia papal, donde León XIV enfrentará una decisión simbólica para su pontificado.
El Palacio Apostólico, residencia oficial de los papas desde 1870, representa la tradición y solemnidad. Sus apartamentos en el tercer piso ofrecen una vista privilegiada a la Plaza de San Pedro y constan de diez habitaciones, incluyendo biblioteca, comedor para 16 personas, y capilla privada. Este espacio monumental contiene la habitación principal del pontífice, vestíbulo, oficina para el secretario papal, estudio privado, área médica, comedor, sala y cocina.
Por otro lado, la Casa Santa Marta encarna la austeridad. Francisco rompió la tradición al elegirla como residencia, rechazando el Palacio Apostólico tras sentir «como la sensación de un embudo al revés». Este edificio, administrado por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, ofrece un apartamento modesto con dos habitaciones, baño y pequeña cocina.
La elección de Francisco reflejaba su filosofía: «Estoy a la vista de la gente y hago vida normal: misa pública a la mañana, como en el comedor con todos. Esto me hace bien y evita que quede aislado». Precisamente allí falleció el 21 de abril de 2025.
Mientras tanto, el Vaticano no carece de lujos. Existe un edificio de tres pisos llamado magazzino, accesible solo para empleados con tarjeta especial, donde pueden adquirir productos de Ferragamo, Church’s, Armani, Swarovski y Chanel libres de impuestos. Además, algunas investigaciones revelaron que el Vaticano posee edificios en Suiza, París y Londres adquiridos mediante sociedades en paraísos fiscales.
El contraste se extiende a los símbolos papales. Francisco rechazó elementos tradicionales como los zapatos rojos, la limusina papal y la muceta escarlata, optando por zapatos negros sencillos y renunciando a la tiara papal en su escudo.
Ahora, la gran incógnita es si León XIV continuará esta línea de austeridad o retornará a la tradición opulenta del Vaticano.
¿Cómo se financia la vida del Papa y del Vaticano?
«El sumo pontífice de la Iglesia católica romana no recibe lo que muchos consideran un salario tradicional, sino que el Vaticano cubre las necesidades del papa, como el alojamiento, ropa, atención médica, transporte y alimentación, mediante asignaciones y subsidios.» — RT, Medio de comunicación internacional
La financiación del Vaticano y la vida del Papa proviene de diversas fuentes que sostienen tanto la misión apostólica como las obras de caridad de la Iglesia. A pesar de los lujos que rodean al papa León XIV, el sistema económico vaticano enfrenta importantes desafíos financieros.
El Óbolo de San Pedro constituye una pieza fundamental en este engranaje financiero. En 2023, esta colecta mundial recaudó 48,4 millones de euros en donaciones, mostrando un aumento respecto a los 43,5 millones de 2022. Sin embargo, los gastos ascendieron a 109,4 millones, generando un déficit de 57,4 millones. Estados Unidos es el mayor contribuyente con 13,6 millones de euros, seguido por Italia (3,1 millones) y Brasil (1,9 millones).
El patrimonio inmobiliario es otro pilar económico fundamental. El Vaticano administra más de 5.000 propiedades, de las cuales aproximadamente 4.200 están en Italia (92% en Roma) y las restantes 1.200 en ciudades como Londres, París, Ginebra y Lausana. En 2023, estas propiedades generaron ganancias de aproximadamente 35 millones de euros.
Los Museos Vaticanos representan otra importante fuente de ingresos, generando entre 108 y 172,6 millones de dólares anuales. Además, la venta de sellos postales, monedas conmemorativas y productos editoriales complementa los ingresos.
El sistema financiero vaticano cuenta con dos instituciones principales:
- El Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el «Banco del Vaticano», que en 2023 reportó un beneficio neto de 145,7 millones de dólares.
- La Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), que en 2023 reportó un superávit de 216,4 millones de dólares.
No obstante, la Santa Sede enfrenta un déficit operativo que en 2023 alcanzó los 83 millones de euros, cinco millones más que el año anterior. Este déficit se ha vuelto crónico durante los últimos 10 años, sin que se hayan implementado estrategias eficaces para revertirlo.
Para 2025, el Vaticano espera recibir unos 32 millones de turistas con motivo del Año Santo Católico, lo que podría aliviar temporalmente la presión financiera a través de los ingresos turísticos.
El Contraste Permanente Entre Riqueza y Austeridad
La figura papal presenta una paradoja fascinante en el mundo moderno. Por un lado, el sumo pontífice lidera una institución con inmensas riquezas, propiedades internacionales y tesoros invaluables; por otro, mantiene personalmente un compromiso con la austeridad y el voto de pobreza.
Este contraste define la esencia misma del papado contemporáneo. Aunque técnicamente podría acceder a un salario anual considerable, siguiendo el ejemplo de Francisco, probablemente León XIV optará por la misma renuncia material. Además, su decisión sobre dónde residir—entre el lujoso Palacio Apostólico o la modesta Casa Santa Marta—marcará simbólicamente la dirección de su pontificado.
La situación financiera del Vaticano, sin embargo, presenta desafíos significativos. A pesar de sus múltiples fuentes de ingresos, desde el Óbolo de San Pedro hasta los Museos Vaticanos, la Santa Sede continúa enfrentando un déficit operativo que se ha vuelto crónico durante la última década. Ciertamente, esta realidad financiera complica la misión apostólica y las obras de caridad que constituyen el corazón de la Iglesia.
Los próximos años, especialmente con el Año Santo Católico de 2025, serán cruciales para determinar si León XIV podrá equilibrar las finanzas vaticanas sin comprometer los valores fundamentales que promueve. Sin duda, la tensión entre el mensaje de humildad cristiana y los esplendores del Vaticano seguirá siendo un tema de reflexión tanto para los fieles como para los observadores externos.
Finalmente, mientras la Iglesia Católica navega las complejidades del siglo XXI, el papado de León XIV representará inevitablemente esta dualidad permanente: un líder sin salario personal que administra una de las instituciones más ricas del mundo, un símbolo de austeridad rodeado de siglos de opulencia histórica.