Ante el cierre de varios centros asistenciales en el departamento alertaron colapso en servicios del San Juan de Dios de Armenia por crisis hospitalaria en el Quindío.
El cierre de los hospitales San Ana de Pijao y el San Vicente de Paul de Salento han ocasionado que el Hospital San Juan de Dios de Armenia alerte sobre el riesgo inminente del colapso en sus servicios debido a la alta demanda de pacientes sobre todo en pediatría.
El gerente de la institución, Rubén Darío Londoño, manifestó que también existe un sobrecosto en el pago de los profesionales de salud como consecuencia del aumento en la atención a usuarios que tienen que llegar desde los municipios en los cuales los centros hospitalarios cerraron por su precaria condición.
«Hasta ahora nosotros tenemos la capacidad de atender los pacientes, pero en algún momento nos podemos ver desbordados porque también tenemos una capacidad presupuestal para sostenernos que si se desborda nos ocasionaría muchas dificultades», indicó Londoño.
El funcionario además mencionó la millonaria deuda que dejó la EPS Medimás con el hospital departamental que se aproxima a los 26 mil millones de pesos.
Además espera que la condición en los centros asistenciales de la región mejoren como que La Misericordia de Calarcá recupere su segundo nivel y se subsanen totalmente las problemáticas en Quimbaya, Salento y Pijao.
Crisis hospitalaria en el Quindío
Vale la pena mencionar que la situación en Pijao se generó por un embargo económico a raíz de una demanda por 600 millones de pesos debido a la muerte de un ciudadano. Este hecho provocó que se congelaran las cuentas de la institución impidiendo el uso del presupuesto para pagarle al personal de salud y destinar recursos para la compra de insumos médicos.
Lo anterior sumado a la millonaria deuda por más de 323 millones de pesos que dejó la EPS Medimás tras su liquidación y que según lo expresado por la gerente Diana Milena Giraldo, será muy difícil de recuperar. Sobre la demanda, aunque han interpuesto tutelas y tratado de conciliar con el quejoso, hasta ahora no ha habido solución.
Actualmente el centro asistencial solo funciona con el conductor de una ambulancia y una enfermera para la remisión de pacientes a Córdoba o a la capital quindiana en caso de gravedad.
En tanto a Salento el hospital lleva más de 3 semanas de cierre por su pésima infraestructura. Hay atrasos en los pagos de los funcionarios, limitaciones en la prestación de sus servicios de salud como el de urgencias que no funciona en las noches por falta de personal de enfermería y ni siquiera cuentan con una lavadora para el aseo de uniformes y utensilios del recinto.
Frente a esta crítica situación la alcaldesa del municipio Beatriz Díaz Salazar indicó que están trabajando arduamente con apoyo del ejército para mejorar las instalaciones del centro médico así como hay grupo de ciudadanas que conformaron un comité para conseguir los insumos que requiere el hospital.
Se espera que en los próximos días la secretaría de Salud departamental vuelva a realizar una visita para revisar que se cumplan los requerimientos establecidos en el plan de mejoramiento y así habilitar nuevamente el San Vicente. En días pasados el delegado de la Defensoría del Pueblo, Leonardo Huertas solicitó la apertura del hospital.
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