Un equipo de exploración de cuevas en Omán descendió al fondo del pozo del infierno, el mítico hoyo ubicado en el desierto de la provincia de Al Mahra en Yemen.
Este lugar de unos 30 metros de ancho y 112 metros de profundidad, ha sido centro de creencias durante varias generaciones que lo denominaron como una prisión para los demonios debido a los olores fétidos que emanan de allí.
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Los 8 exploradores omaníes encontraron al interior del pozo serpientes, animales muertos y perlas de las cavernas grises y verdes formadas por gotas de agua, pero ningún rastro de seres sobrenaturales como se especulaba.
«Hemos recogido muestras de agua, rocas, tierra y de algunos animales muertos, pero todavía hay que analizarlos antes de publicar un informe» anunció a la AFP Mohamed al Kindi, profesor de geología en la universidad alemana de tecnología de Omán.
Por su parte el director general de la autoridad local que se encarga del estudio geológico, Salah Babhair, dijo que llegaron entre 50 y 60 metros de profundidad en los cuales reconoció sentir cosas extrañas en el interior, «es muy misterioso», afirmó.
‘El pozo del infierno’ está lleno de supersticiones de los lugareños que ni siquiera se atreven a hablar de él porque dicen que es de mala suerte y pueden ser maldecidos, otros aseguran que si acercan al lugar podrían ser succionados.
La historia también habla sobre los “djinns”, espíritus a menudo malignos que vivirían en el pozo, además del hecho de que el hoyo constituye una amenaza para la vida en la tierra.
De acuerdo con los investigadores el objetivo de estas exploraciones es descubrir cuántos años tiene el pozo y el proceso de su formación.
A continuación las imágenes de la exploración compartidas por el diario británico The Telegraph.
